martes, 23 de octubre de 2007

Blog de SR: Concierto de Gala 07, Cap.III: Historias de los músicos

1. Trompe-trompe-trompe-ta
Siempre antes de los conciertos comienzan a caer las malas noticias: no-sé-quién no va, sultano no tiene música, perencejo no tiene quién lo traiga, fulano no tiene instrumento. Uno de esos casos fue el de Orlando Rojas. Orlando me llamó por celular y me contó con una marcada frustración que no podría ir al concierto, ya que tenía un compromiso con la banda de su colegio ese mismo día en Aguadulce (recuerdo que yo en sexto año toqué en ese desfile... lo recuerdo como uno de los mejores días de mi vida, algún día les contaré porqué).Resulta que la trompeta de Orlando es propiedad del Colegio. Me dice "Profe... lo que pasa es que ese instrumento es del colegio y mi deber primero es con la banda, porque ellos me prestan el instrumento". ¿Qué puede hacer uno? Uno no se puede enojar. "Tranquilo, Orlando... haz lo que tengas que hacer y no te preocupes que acá tocaremos fuerte por ti". Ese último "Dele prof" sonó a derrota y me quedé con ese sabor amargo de no haber podido encontrar una solución.

Resulta que Orlando vive en Arraiján, y para él es muy difícil transportarse a la ciudad. Por esta razón, se ve en la necesidad de faltar a muchos ensayos de la OSJI y a veces no puede llamar por lo costoso de las llamadas. Al menos ahora en Facebook hay otra alternativa. Mientras tanto, nosotros acá en Panamá buscábamos como locos la manera de sustituirlo... y cayó del cielo. Un muchacho llamado Robert, a quien apodan "Faustinín" por su relación con el profesor Faustino de la OSN de Panamá (también por su habilidad en la trompeta!) nos comentó que quería unirse al grupo. No pudo llegar en mejor momento. Su primer ensayo fue maravilloso, el que hicimos en la ULACIT. Se sentó y a primera vista leyó los papeles, y en Candide leyó 1a. Nos pusimos muy contentos. Al día siguiente, domingo después de un corto ensayo, salí a pasear con mi familia (el poco tiempo que me queda para dedicarles) y recibí una llamada de Orlando. "Profe, mire que el desfile es a las 12... quizás se acabe a las 3 y si cojo la chiva cuida'o y llego... pero me da pena porque ya había dicho que no podía ir y sé que Robert fue... yo de verdad quiero tocar, Profe". Vi que era sincero y el sentimiento de orgullo que sentí me hizo prometerle en ese instante que si él llegaba aunque fuera al último "bis", tocaría con nosotros.Dios funciona en forma misteriosa.El jueves, cuando andábamos aún en los últimos arreglos para recibir a Alejandra y a Pedro desde Costa Rica, Orlando me llamó. "PROFE, SE CANCELÓ EL ASUNTO... CUENTE CONMIGO!" Lo dijo con una alegría y un sentido de orgullo que me lo contagió y en ese momento, supe que teníamos entre manos un concierto muy especial.Orlando no nos defraudó. Aún viviendo fuera de la ciudad, llegó temprano y ensayó con nosotros el viernes y luego el sábado tocó ese concierto con renovada energía. La sección de Metales fue un tronco en el cual todos nos apoyamos. Bajo el liderazgo etario (de edad) de Sebastián, la trompeta solista de Robert, el entusiamso incomparable de Rudy, los energéticos cuatro cornos (cinco, si Ahmet decide quedarse!) y el bajo seguro de Xavier, estos muchachos han llegado a lo que debe ser toda sección orquestal: una familia.

2. Quién dijo miedo.
Otro Robert, Quintero, el hermano de Yazmín, también hizo de las suyas con la primera vista. Migue le copió la parte de arpa del intermezzo de Carmen y el hombre llegó sin miedo alguno tras no haberla podido practicar (ya que la hermanita se lo dio el día antes a las 10 de la noche o algo parecido). El tipo conectó su teclado a la pared, puso su música en el atril y tocó como los grandes.Cierto... cuando le pregunté en "lenguaje orquestal" si estaba listo para comenzar, el muchacho impetuoso lo sintió como un permiso para comenzar y allí se desencadenó una hermosa rendición del intermezzo, al cual me uní en la entrada del clarinete y las cuerdas, únicamente acompañando a la orquesta que se portó como las más grandes.

3. Clave de Sol, 8a bassa
Quiero agradecer aquí a la hermana de Maruquel, cuyo nombre no recuerdo, quien se unió a nosotros con el fin de aportar el clarinete bajo para Candide. No es lo mismo tocar esta obra sin ese sonido lleno allá abajo... lo hizo muy bien a pesar de la dificultad de la pieza tanto rítmica como melódica y también de velocidad... Bravo!---Como estas hay montones... por cada miembro de la OSJI hay cien historias que contar, todas ellas conmovedoras e inspiradoras. Detrás de todas, sin embargo, hay un profundo amor y compromiso con la música y con el crecimiento humano.

Hasta la próxima entrega,

Peace.

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